Mi obra surge de la danza somática y caótica de los colores y las texturas en un lienzo de gran formato. A través de la mancha, encuentro mi voz, mi vehículo expresivo que me permite explorar la infinita profundidad de la abstracción. Cada pincelada, cada salpicadura, es una invitación a descubrir formas sugeridas por la mente, una pareidolia que se forma a partir de los matices y las capas que el mismo color ofrece.

En mi proceso creativo, no busco solamente crear una representación visual, sino más bien una experiencia emocional y sensorial. Los colores dialogan y entrelazan sus historias, y las texturas se convierten en el lenguaje que cuentan los secretos del lienzo. Cada obra es un universo en sí mismo, una ventana hacia un mundo de posibilidades y conexiones.

Mi intención es provocar en el espectador una conversación interna, una exploración de las formas que emergen y desvanecen en las capas de la pintura.

Mi arte es un viaje compartido, una invitación a encontrar la belleza en la ambigüedad y a descubrir la conexión entre los colores y nuestras emociones.

Así, en cada lienzo, aspiro a desafiar las limitaciones perceptuales y a liberar la imaginación. Mi obra es un reflejo de la complejidad y la profundidad del mundo interno, y a través de la mancha, busco trascender lo evidente y despertar una experiencia única en cada mirada.”